La noche, mi fiel compañera también extraña tus historias, tus mentiras tus anhelos, ahora no le queda mas que abrazarme y acurrucarme en su lecho, y yo en su pecho, vacío como el camino siguiendo mi destino voy junto con el viento frío siempre corriendo, aunque solo por dentro, ya que la calma que de mi brota no es mas que una mascara, un aliada una esperanza de que no se Indagué mas en aquello que no puedo olvidar y no paro en recordar.
Al perderte cada día me voy encontrando y cada noche lo voy pensando, el como cambia tu rostro, tu piel, tu ser, te busco donde se que no estarás, y por alguna razón, no puedo liberar tu habitación en el hostal de mi corazón, cambiando como la luna sigo escuchando tu respiración, tu calma, tu paz.
Viajando por valles de rostros y praderas corpóreas sigo cruzando fronteras sin hallar nación, perdido el aguijón De la brújula de mi corazón quien pensó por un instante tener una dirección, al encontrarte, al conocerte, al inventarte, hasta que todo se esfumó, y la neblina se desvaneció, ahora te buscó en humos de dudosa procedencia esperando un día poder encontrar aunque sea solo poco de tu esencia, de tu ser en otro ser.
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